martes, 14 de noviembre de 2017

Carta a Daniel.

Mi niño Daniel.  Ahora que estàs en camino, que tienes ya un pie fuera, quiero decirte unas cosillas. 

Llevamos mucho esperándote,  pero por fin te vamos a ver la carita y ahora, antes que nada, quiero que sepas algo:

Te van a decir que el mundo està lleno de injusticias,  que has llegado en un momento complicado, que la vida es dura, que la felicidad no existe... Mil veces querrán mermar tu alegría para que no te des de bruces con una realidad que a veces no nos gusta,  pero no lo permitas, mi amor.

La vida es maravillosa, digan lo que digan, y tu eres inmensamente afortunado. La felicidad reside en pequeños momentos y grandes personas y tu vida estará rodeada de todo esto.

Tienes un hermano que es noble y ùnico, que te enseñará y te protegerá cómo nadie.

Tienes una hermana que es carismática y brillante, que te cuidará siempre y estará contigo para hacerte reir.

Tienes una familia enorme y que te adora, ya, sin haberte visto aún la cara. Que queremos que seas feliz y bueno, que hagas lo que te guste y que seas tan libre como puedas ser. Una familia que estará para todo, menos para que nos eches de menos.

Y si Daniel, el mundo es complejo, pero eso es lo que lo hace interesante. Todas las èpocas son difíciles y de todas salimos.
Vas a descubrir los colores, el sol y el olor de tu mamà, esa que ya conoces tan bien. Te vas a hartar de brazos, de tus tías pesadas, de tus abuelas, de tus tíos, abuelos, de todos tus primos.

Aprenderás a jugar, y corazón,  vas a ser del Real Madrid... eso es algo que puedo asegurarte ya... cosas de familia.  

Vas a conocer la luna y la playa, vas a escuchar música, vas a sentirte querido y vas a saber lo que significa querer.

Te vas a reír Daniel, y vas a llorar, vas a sentir mil emociones diferentes,  algunas no te gustarán pero todas significan que estàs vivo.

Daniel, bienvenido a la vida.

Y ya sabes, en cada paso, cuenta conmigo.

Hace un mes te escribí esta carta, pequeño Daniel. Pero, tu llegada trajo una mezcla de caos e ilusión que ni siquiera recordé publicarla. Mi pequeño astronauta. Cada palabra que te dije en ese momento refleja solo una milésima de lo que pienso y del amor que siento por ti.  Solo espero que vivas intensamente, que sientas intensamente y que seas inmensamente feliz.

Te quiero astronauta.

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